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¿Razón o método? La conflictividad de 2017

El objetivo del Observatorio de Conflictividad Socio-Laboral del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) consiste en realizar un seguimiento de la cantidad y características de los conflictos laborales y no laborales (sociales) que tienen lugar en el territorio nacional, en virtud de constatar las tendencias que se manifiestan a este respecto, dentro del marco de las transformaciones socio-económicas en la actual coyuntura, y de las diferentes estrategias de acción que llevan a cabo las organizaciones sindicales, políticas y sociales que participan de las intervenciones.

En este quinto informe se presenta un relevamiento de la conflictividad social y laboral sólo en la Región CABA, para enero, febrero y 23 días de marzo de 2017, atendiendo a la cuantificación y clasificación de los conflictos existentes en ese período.

El criterio establecido para el estudio más específico de los conflictos, representados en las acciones de protesta de los actores sociales intervinientes, es su delimitación en dos universos diferenciados aunque en una permanente interacción entre sí y con puntos  de encuentro. Los conflictos definidos como “laborales” responden exclusivamente al ámbito del mercado de trabajo llamado “formal”. Los conflictos que denominamos “sociales” responden al resto del abanico de los ámbitos donde se desarrolla la vida política y social.


I. Introducción: el escenario político

En diciembre último el presidente Mauricio Macri expresaba en radio Mitre que "La gente tiene razón. En la Capital Federal, que es el epicentro de los piquetes, le he dicho (a Rodríguez Larreta) que los ciudadanos en 2017 esperan un comportamiento distinto del Gobierno de la Ciudad, esperan un límite distinto".

De allí en más, en Gobierno ha intentado instalar en la agenda pública la necesidad de combatir los reclamos que producen cortes de calles y afectan la circulación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, llegando incluso el actual jefe de Gobierno a asumir "su" responsabilidad en terminar con los cortes.

Lo llamativo de la instalación de la problemática reside en que en ningún momento plantea reflexionar sobre las razones de la conflictividad sino que se sustenta en trabajar exclusivamente sobre los métodos utilizados en la protesta. Tal como se percibe en las menciones anteriores, el eje de la solución en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires no reside en resolver algunos de los problemas que originan el reclamo sino en encontrar el mecanismo para que el reclamo sencillamente no llegue a las calles de la ciudad.

Posiblemente la razón de esta actitud se afirme en la convicción del partido gobernante de que tales reclamos constituyen un “efecto colateral” de sus propias políticas. De hecho, el columnista de La Nación Carlos Pagni a raíz de la discusión sobre la Ley de Responsabilidad Fiscal, diagramó esta hipótesis al mencionar recientemente que “si la protesta en la calle es porque se está discutiendo la educación, se está discutiendo la racionalidad del gasto, se está discutiendo la racionalidad económica, y yo, si soy inversor, no voy a ser tan ingenuo de creer que se va a discutir eso y no va a haber protestas en la calle”.


II. Resultados del relevamiento de conflictos laborales en enero y febrero de 2017

En la región de CABA, durante el primer bimestre de 2017 se registraron un total de 74 conflictos, 39 durante el mes de enero, 35 durante el mes de febrero, es decir más de un conflicto por día. A ello, es necesario sumar los 44 casos suscitados en 23 días de marzo, que duplican la tasa de conflictividad: casi dos conflictos por día.

Las protestas en relación al mundo del trabajo siguen representando, al inicio de 2017, un mayor peso dentro del universo de conflictos, alcanzando el 70% de los conflictos. Se observa que los niveles de conflictividad laboral van in crescendo en relación a los últimos meses de 2016, y en relación a los conflictos sociales, que alcanzan durante el período analizado casi un 30%.

Esta mayor concentración de las protestas laborales es clara consecuencia de la política de destrucción del empleo y la caída del poder adquisitivo de los trabajadores que se produjo durante el 2016 y que fue profundizada en los últimos meses de ese mismo año tanto en la CABA como en el resto del país. Tanto los despidos en el sector privado, la ausencia de respuesta por parte del gobierno ante los reclamos salariales, y el techo impuesto a las paritarias, han provocado la multiplicación de los hechos de conflictividad laboral.

Asimismo, se observa que se reparten casi por partes iguales la cantidad de protestas por ámbito privado y público (52% y 48% respectivamente). Se acumularon al 23 de marzo de 2017 50 casos de conflictos del sector público y 54 casos de conflicto del sector privado.


III. Lo que discute el Gobierno: metodología de la protesta

Las protestas durante enero, febrero y marzo dieron un salto cualitativo en cuanto a la concentración de los motivos y a los actores sociales protagonistas. Se evidencia, que la organización de los diferentes sectores gremiales comenzó a afrontar estos conflictos con una mayor concentración de fuerzas. Algo similar ocurrió con las organizaciones sociales que ya durante el 2016 venían dando muestras de este proceso.

Las principales estrategias de los actores sociales en el período mencionado ha sido la “movilización y concentración” (33,9%), “los cortes de calle/ruta” (21,1%), el “estado de alerta y movilización permanente” (14,4%), y el “paro con movilización” (10,2%). Con menos relevancia, se produjeron “paros sin movilización” (5,9%), “toma de espacios” sean públicos o privados (4,2%) y ollas populares (1,7%), ésta última con fuerte peso durante el año pasado.

Si sumamos todos los métodos que afectan la circulación en la vía pública, representan más del 71% de los casos de conflictos, es decir, desde el inicio de 2017 hubo 84 conflictos en la calle en el ámbito de la CABA. Esto es, en efecto, el eje de las preocupaciones del gobierno encabezado por Cambiemos, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como a nivel nacional.


IV. Lo que no discute el Gobierno: las causas de los conflictos

Los motivos de los conflictos están íntimamente ligados a las políticas económicas implementadas por el gobierno nacional. En CABA durante los meses de enero, febrero y 23 días de marzo de 2017 se registran 118 conflictos de los cuales 84 fueron afectaron la circulación de la vía pública. Del total de estos últimos, 27,3% estuvieron relacionados con reclamos por despidos, 16,9% relacionados con readecuación salarial e incumplimiento de acuerdos, 6,5% se vincularos con conflictos por condiciones de trabajo y casi 4% con atrasos en los pagos. A todo esto, afín al mundo laboral, se deben adicionar 7,8% de conflictos relacionados directamente con el cuestionamiento a las políticas de ajuste implementadas por Cambiemos y 13% que se corresponden con reclamos por el aumento de las tarifas de servicios públicos.

Se observa que, sobre el total de conflictos, los laborales no han cesado durante la temporada vacacional sino que se sostienen en el centro de la escena, representados en los despidos sistemáticos acaecidos dentro del sector privado, y en el sector público, a la sostenida negativa del gobierno en cuanto a la reapertura de paritarias docentes y vigencia de la paritaria nacional.

Casos laborales. La comunidad docente de todos los niveles, nucleados en CTERA, UTE, ADEMYS, CONADU, UDA, junto a Científicos Autoconvocados y ATE, se manifestó los primeros días del mes de febrero dando continuidad a la lucha el día 18 del mismo mes y sosteniéndola durante el mes de marzo. En cuanto al ámbito privado, los trabajadores de AGR-Clarín  llevaron adelante su plan de lucha durante ambos meses en reclamo por el cierre de la planta gráfica y el despido de 400 trabajadores, contando con el apoyo de sindicatos y organizaciones sociales. En el sector de la salud, se destaca el caso de Roux Ocefa (empresa que se presentó la quiebra en 2016) por reclamo salariales e incumplimiento de acuerdos, y dentro sector financiero, la Asociación Bancaria en asamblea permanente programando un paro de 48hs ante la falta de acuerdo en las paritarias. Durante el conflicto de la empresa Banghó por los 283 despidos registrados en el mes de febrero, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) se movilizó junto a los trabajadores hacia el Ministerio de Trabajo, sumando a la protesta la apertura de las importaciones que está provocando mes a mes el ajuste y/o cierre de empresas en el sector Pyme. Los conflictos dentro de la salud pública también se destacaron durante febrero de 2017. En el marco de las protestas que realizaron los trabajadores de la Salud en la CABA, ATE convocó a un paro por 24hs reclamando apertura de paritarias, recomposición salarial y condiciones dignas de trabajo.

Casos sociales. En relación a las protestas en el marco de los DDHH, es para resaltar el conflicto generado por la propuesta de baja a la edad de punibilidad reunió a diferentes colectivos sociales que se manifestaron frente al Ministerio de Justicia. Se destaca también la organización de las mujeres en lo que se denominó “Tetazo” en contra de hechos de discriminación y penalización sufridos por mujeres en la vía púbica. Asimismo, continuaron los Ruidazos y Cacerolazos organizados por los vecinos, acompañados por la organización multisectorial. Finalmente, el brutal desalojo de los manteros del barrio de Once los primeros días de enero, representó otro conflicto de importancia.


V. Conclusiones

  • En la región de CABA, durante el primer bimestre de 2017 se registraron un total de 74 conflictos: 39 durante el mes de enero, 35 durante el mes de febrero, es decir, más de un conflicto por día. Se adicionan los 44 casos suscitados en 23 días de marzo, que duplican la tasa de conflictividad: casi dos conflictos por día.
  • En virtud de precisar el análisis de esta creciente conflictividad, que asciende a 118 conflictos entre el 1 de enero y el 23 de marzo, resulta clave indicar que el 70% de estos conflictos se corresponde con el ámbito laboral y el 30% con los conflictos sociales.
  • Las principales estrategias de los actores sociales en el período mencionado ha sido la “movilización y concentración” (33,9%), “los cortes de calle/ruta” (21,1%), el “estado de alerta y movilización permanente” (14,4%), y el “paro con movilización” (10,2%). Con menos relevancia, se produjeron “paros sin movilización” (5,9%), “toma de espacios” sean públicos o privados (4,2%) y ollas populares (1,7%), ésta última con fuerte peso durante el año pasado.
  • Entonces, si se suman los métodos que afectan la circulación en la vía pública, representan más del 71% de los casos de conflictos, por lo que se explica la creciente preocupación del gobierno nacional y de la ciudad de Buenos Aires para regular esta forma de protesta.
  • Ahora bien, al analizar las causas de la conflictividad, se observa que han sido las propias políticas de Cambiemos las que han generado problemáticas laborales y sociales. En CABA durante los meses de enero, febrero y 23 días de marzo de 2017 se registran 118 conflictos de los cuales 84 fueron afectaron la circulación de la vía pública. Del total de estos últimos, 27,3% estuvieron relacionados con reclamos por despidos, 16,9% relacionados con readecuación salarial e incumplimiento de acuerdos, 6,5% se vincularos con conflictos por condiciones de trabajo y casi 4% con atrasos en los pagos. A todo esto, afín al mundo laboral, se deben adicionar 7,8% de conflictos relacionados directamente con el cuestionamiento a las políticas de ajuste implementadas por Cambiemos y 13% que se corresponden con reclamos por el aumento de las tarifas de servicios públicos.
  • El análisis en torno a las causas de la conflictividad resulta central para evitar la focalización del debate en torno a la metodología de la protesta, que impide revisar razones profundas, actores, y fisonomía de la misma. En este sentido, resulta imprescindible destacar que el eje de la solución planteada por el Gobierno Nacional y local, en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, no reside en resolver algunos de los problemas que originan el reclamo sino en encontrar el mecanismo para que tales demandas sencillamente no lleguen a las calles de la Ciudad.

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